- Los simuladores suelen estar basados en en humanos o en cosas relacionadas con ellos y cuando no, son basados en animales. Por fin se acabó la discriminación a las plantas.
- Es en primera persona.
- No hay nada como sentirse uno con la naturaleza y disfrutar de la compañía de tus otros amigos árboles.
- Te hace darte cuenta del inexorable paso del tiempo ya que hay ciclos de día y noche.
- Realismo: Eres un árbol de modo que no tienes ninguna acción que puedas realizar excepto estar quieto y dejar que pase el tiempo.
A ver, lo reconozco. El juego tiene sus fallos.
Para ser un simulador perfecto de árbol no deberías poder ver nada a tu alrededor ni escuchar nada, solo sentir tus alrededores, pero supongo que el autor decidió tomarse ciertas licencias artísticas aprovechando el tirón que sabía que iba a tener el juego.
No os mentiré, hay otros que han intentado llegar un paso mas allá y simular la masa inerte como rocas o montañas. Tiene que haber de todo en esta vida pero yo sigo prefiriendo ser un humilde árbol, creciendo lentamente y disfrutando de estar vivo.
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